Los
métodos de cocción adecuados permiten preservar nutrientes y evitar calorías
extra las cuales, en general, provienen de las grasas. Una alimentación
equilibrada debe aportarnos no mucho más de un cuarto de las calorías diarias
en forma de grasas.
Si ya
lograste una correcta elección de alimentos saludables, te brindamos algunos
datos para que a la hora de cocinar, evites las calorías extra que aparecen en
la mesa sin invitación.
Aceite
El uso
de aceite reúne interpretaciones erróneas, desde no utilizarlo hasta usar
cantidades excesivas de oliva creyendo que es inocuo en cuanto a calorías.
Todos los aceites aportan iguales calorías: una cuchara sopera (13 ml) brinda
117 kcal, cualquiera sea la variedad de aceite. Y nos aportan grasas
esenciales, que nuestro organismo no puede producir, por lo que es mejor
moderar su consumo y no suprimirlo.
La cantidad: si tu hábito es
agregar abundante aceite directo del envase te recomendamos estimar una medida
con una cuchara al agregarlo a vegetales crudos o cocidos, purés, pastas o
arroz. No significa que todos debamos usar 1 cuchara sopera, pueden ser 2 o
bien 1 o 2 cucharitas tipo té. Dependerá del requerimiento calórico de cada
persona.
Ensaladas bien hidratadas sin excesivo
aceite:
podés preparar en un pocillo una mezcla de agua con vinagre, limón o aceto, con
sal y la cantidad controlada de aceite, agitar bien y verter en tu ensalada.
También existen productos comerciales similares a este mix.
¿Qué ocurre al calentarse el aceite? Cuando se lo somete
a altas temperaturas pierde sus propiedades (como también ante el oxígeno y la
radiación de la luz, por eso debemos guardarlos bien tapados, en lugar fresco y
oscuro). El aceite que usamos para rehogado o frituras es absorbido por el
alimento, y aporta relativamente más calorías “vacías” al degradarse parte de
sus ácidos grasos y vitaminas, además de alterarse molecularmente formando
radicales libres, perjudiciales para la salud.
- Si queremos saltear vegetales o sellar carnes magras es mejor usar aceite en spray sobre una superficie tipo teflón y que este paso de la cocción sea breve.
- Las cocciones que suelen llevar aceite desde el comienzo como salsas de vegetales o chop suey, pueden hacerse al vapor, microondas o en caldos sin grasa, y agregar el aceite en cantidad controlada, una vez finalizada la cocción. Así logramos disminuir el aporte calórico y mejorar el perfil nutricional del plato evitando que el aceite sufra las temperaturas de cocción.
El aceite cuando cocinamos al horno: se recomienda usar
aceite en spray o una pequeña cantidad de aceite y desparramarlo con una
servilleta de papel. O bien utilizar placas antiadherentes.
En
caso de alimentos que pueden deshidratarse como vegetales o milanesas, suele
cometerse el error de agregar mucho aceite en la asadera y sobre el alimento
“para que no se seque”, y esto es aún peor que una fritura, ya que el aceite
estará expuesto por más tiempo a elevada temperatura. Para evitar la
deshidratación de los alimentos, podemos:
- Cubrirlos con otra asadera invertida a modo de tapa
- Envolverlos con un film de aluminio
- Realizar la cocción sobre hornalla en sartén antiadherente con tapa
Queso
El uso
de quesos enteros para cocinar es una fuente de grasas evitables. Si elegimos
quesos con menor contenido graso y controlamos, de todos modos, la cantidad
usada reducimos el consumo de calorías de la grasa, con igual aporte de
proteínas y calcio. Hay muchas variedades de quesos en su versión light: Port
Salut, cuartirolo, cremoso, mozzarella, ricotta, quesos feteados, rallados y en
hebras. Deben indicar: magro, light, o reducido en grasas, lo cual significa
que pueden contener hasta 12 g de grasas totales/100 g de producto.
•
Para
ensaladas podés usar quesos en hebras light
•
Para
tartas y budines de vegetales: Port Salut light o ricotta magra
•
Para
pizza y sándwiches: mozzarella magra o Port Salut light
El
queso usado como condimento, como los rallados, debe emplearse en pequeña
cantidad para dar sabor y no para “cubrir” el plato. Un buen hábito es
controlar la cantidad agregada usando como medida una cuchara o sobres
individuales.
Si aún
debés cuidar más el consumo de grasas, podés elegir quesos rallados light o
llevar unos minutos al freezer el Port Salut light para que tome consistencia y
luego rallarlo en hebras.
Huevo
El
huevo es un alimento saludable y se recomienda limitar las yemas a quienes
tienen valores alterados de colesterol. Limitar la cantidad de huevos enteros,
preferir el uso de más claras que yemas en preparaciones (como tortillas,
revueltos y tartas) y agregar solo claras a las ensaladas son estrategias para
reducir el aporte de calorías, de grasas saturadas y colesterol.
Mayonesa
Limitar
la porción a 1 o 2 cucharadas “como condimento” o usarla en reemplazo del
aceite eventualmente, prefiriendo siempre una dietética. Una cucharada de
mayonesa común, equivale en kilocalorías a 2 de mayonesa light.
Si
tenés que usar mayonesa como aderezo base de una ensalada, te recomendamos
aligerarla con queso blanco semidescremado o 0% grasas, en partes iguales, y
unas gotas de leche descremada para conseguir fluidez.
Crema de leche
Contiene
40 g de grasa cada 100 ml, por lo que te sugerimos reemplazarla por queso
blanco semidescremado o 0% grasas aligerados con leche descremada, cuando
quieras pastas a la crema o una salsa de champiñones o verdeo para acompañar
pescados o pechuga de pollo, por ejemplo.
Tartas
Cuando
de tartas se habla, es habitual escuchar que se emplea solo una tapa de masa
como acción para hacerlas más saludables.
Un
consejoconsejo es usar uno o dos discos de masa pero reducidos en grasa, ya que
ésta es el componente que más calorías aporta por gramo, respecto de la harina.
Pero más allá del tipo de masa que use, lo más importante es qué vas a
usar como relleno. Te sugerimos hacerlo a base de vegetales y según los
consejos anteriores, cocinarlos correctamente de preferencia al vapor, agregar
1 huevo entero y 1-2 claras, y moderar sobre todo el agregado de queso, siempre
en versión magra. Si usás vegetales acuosos como zapallitos, podés mejorar el
ligue del relleno agregando 1 o 2 cucharas de avena instantánea.
Las
tartas compradas, aún rellenas de vegetales, distan mucho de cumplir con estas
pautas de preparación, por lo que desaconsejamos su consumo si buscás una
opción saludable, moderada en grasas y calorías.
Condimentos
El uso
de hierbas, especias, sal y aderezos salados (salsa de soja, mostaza, kétchup,
etc.) pueden ser indirectamente un problema o una ayuda a la hora de controlar
las calorías que consumimos.
La
indicación general cuando hay que reducir las calorías ingeridas es que la
condimentación sea muy suave para que no estimule el apetito a nivel sensorial.
Pero
por otro lado hay personas que prefieren condimentar bastante sus platos,
porque los sabores intensos contribuyen a su sensación general de saciedad.
Queda
para reflexión de cada uno, meditar si sabores más suaves o más intensos, nos
ayudan a que una porción razonable nos brinde saciedad sin tentarnos a un
segundo plato.
Los distintos métodos de cocción, combinando
alimentos y condimentos, son realmente inagotables aún si aplicamos estas
pautas saludables, que nos ayudan a preservar nutrientes y equilibrar calorías,
sin perder variedad ni sabor.
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