El maíz es una hortaliza
que se presenta en granos. La harina de maíz resulta de la molienda de
esos granos secos. Es alta en carbohidratos complejos (cerca de 80 cada 100 g)
y un aporte aceptable de proteínas (7 cada 100 g) si comparamos al maíz con los
cereales.
El maíz o choclo,
podría resultar indigesto si tuviéramos que obtener con él un plato rico en
carbohidratos antes o después de la actividad física, ya que contiene mucha
fibra.
Pero la harina de
maíz permite incorporar una alta densidad de carbohidratos complejos con
baja densidad de fibras y de grasas también.
Ingredientes:
- 1 litro de agua
- Sal gruesa, 1 cdita
- 1½ taza de harina de
maíz instantánea
- Hierbas a gusto
- Film
- Molde chico rectangular
- 2 cucharadas de aceite
de oliva
Entibiar el agua
con la sal, y agregar la harina de maíz mezclando bien. Llevar a temperatura de
hervor revolviendo regularmente, idealmente con batidor de alambre. Agregar
romero, orégano, curry, nuez moscada o el mix de hierbas de tu preferencia.
Mantener a fuego bajo hasta que tome una textura homogénea.
Pasá la
preparación al molde forrado con film y compactala de ser necesario para
emparejar la superficie. Dejar reposar en heladera hasta que se enfríe.
Desmoldar con ayuda
del film, y cortar bastones. Hornearlos a temperatura media en una asadera
pincelada con aceite, aproximadamente 25 minutos dándolos vuelta en mitad de la
cocción.
Si estás próximo
a un entrenamiento de los de mayor volumen, o a una competencia de
resistencia, podés agregarles queso magro y acompañarlos con arroz, y
vegetales cocidos en menor medida.
En un día de entrenamiento
moderado en volumen, podés combinarlos con vegetales y proteínas, por
ejemplo un revuelto.
Alejados de los
entrenamientos, podés incorporar más fibras: prepará un paté o hummus de
legumbres, con lo que se complementan las proteínas del maíz, y acompañá con
ensalada de vegetales crudos variados.
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